Sunday, January 12, 2014

Shopping


Me fui a pasear este domingo por la tarde y ya me parecía que la actividad en el barrio era poco habitual. Me apetecía caminar hasta la calle comercial para ver los maniquíes en la oscuridad, encontrar quizás algún vestido que, visto así tras las persianas y bien colocado, fuera digno de la inversión de un regalo que tengo pendiente de canjear y para el cual esperaba a las rebajas.

¿Y qué me encuentro? Las tiendas abiertas y la calle a tope de gente (ancianas en corrillo, criaturas sobre ruedas veloces de todo tipo, mujeres ansiosas de timbre irritante, maridos agobiados...). Mi primera reacción ha sido dar la vuelta y regresar a las calles tranquilas, pero hay algo que necesito hace tiempo justo en la tienda de la esquina y he tenido la tentación de entrar a ver cuál es su precio actual.

No os podría describir la angustia que he sentido al traspasar la puerta, ¿estaba cometiendo un crimen, como abortar, robar o vender bolsitas de cocaína por los bares? ¿Me va Dios a castigar por participar en el pecado del trabajo en domingo? Aprensiva y temblorosa me he acercado a la prenda de mi necesidad, que en letras grandes (quizás hubiera podido leerlas desde el exterior) informaba: “artículos no rebajados”.


2 comments:

  1. Anonymous4:25 PM

    comprendo perfectamente tu angustia y tu gran "decepción" al ver que no todas la prendas están en rebajas.(si las que quieren quitarse de encima). es la picaresca de las rebajas.......
    besos -amantis-

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    1. Mi decepción y angustia fue que el domingo dejó de ser domingo ;-) Besos

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